jueves, 14 de febrero de 2008

MALA RACHA "REGALISTICA"


Mi hermano y yo estábamos ansiosos por la llegada de los Reyes Magos. Ese día papa, aprovechando nuestra ingenuidad infantil, nos había hecho cortar todo el césped de la casa, para luego apilarlo en 3 bultos distintos, también colocamos agua en 3 baldes grandes ya que esos animales beben mucho líquido. Mi hermano ansioso por el evento dijo:

- No puedo creer que por agua y pasto recibamos regalos.
- No te ilusiones –le dije calmando su excitación- siempre surge algún problema y nos quedamos sin regalos.
- ¿Lo decís por la Navidad del 85´? – preguntó.
- Y si…acaso no te acordas que por no limpiar la chimenea, Papa Noel nos cagó con los regalos. ¡¡Gordo pulcro hijo de puta!!

Para colmo no entendíamos cómo nuestro vecinito de enfrente había recibido tantos regalos para esa Navidad, cuando vivía en una precaria casa prefabricada que ni siquiera tenía chimenea.

Y unos días después de aquel incidente, recibiríamos otro golpe tremendo en Reyes del 86´. Resulta que con mi hermano les habíamos escrito una carta a los Reyes Magos donde les pedíamos específicamente qué regalos queríamos y sorprendentemente, nos contestaron con otra:

“Muchachos, la carta que nos enviaron tenía errores de ortografía. Lo sentimos, será para la próxima…Un enorme beso. Melchor, Gaspar y Baltasar y aprendan a escribir mejor. ¡Felicidades!” (y escrito con lapicera roja las correcciones de nuestra ortografía)

En la Navidad del 87´ las cosas siguieron empeorando ya que Papá Noel no encontró nuestra casa, según mi padre, no habíamos puesto el cartelito con la numeración frente a la casa y ese gordo pelotudo seguramente pasó de largo cagándose de risa ¡¡JO JO JO!!

Pero en Reyes del 88´ decidimos cambiar nuestra mala racha. La consigna era “no cometer los mismos errores del pasado”. Por eso, con mi hermano acordamos hacer todo bien, cartel con número frente a la casa, buena ortografía y hasta limpieza de la chimenea, por si los Reyes Magos decidían a último momento cambiar su Modus Operandi.

A último momento, papá empezó a darse cuenta de algunos detalles que podrían molestar a los Reyes Magos y agregó con ánimo de ayudarnos:

- Los camellos podrían intoxicarse con el agua verde de la pileta…y bien dijo esto, pasamos el barre fondo para dejar el agua cristalina.
- Gaspar podría ofenderse con aquellas paredes descascaradas..y bien dijo esto, raspamos con lija, rellenamos con enduído y pintamos, obviamente con pintura.
- Melchor puede desear tomarse una Quilmes…y bien dijo esto, compramos un cajón. (Qué loco! la misma que le gusta a mi viejo)
Ja Ja!! Esta vez nada nos detendría…Los regalos finalmente serían nuestros!! Era tal nuestra obsesión por ellos, que aquella noche ni siquiera abrimos un ojo, no queríamos hacer trampa, y es que estos hijos de puta siempre le andan buscando la quinta pata al gato!!

Y cerca de las 12 de la noche, todo estaba oscuro, tranquilo, no volaba ni una mosca… Hasta que un ruido estruendoso nos despertó abruptamente. Había sonado como un disparo de arma. Mi hermano y yo pegamos un salto de la cama. Teníamos miedo. Corrimos a buscar a papá para contarle lo que estaba sucediendo, pero extrañamente no estaba en su dormitorio. Al instante oímos 2 disparos más en el patio y luego pasos de hombre acercándose lentamente a nuestra casa…el corazón me latía a mil…estaba paralizado… las piernas no me respondían…alcancé a divisar una figura humana que se acercaba cada vez más…gracias a Dios era papá y respiré aliviado, pero noté en su rostro lágrimas que empapaban su mejilla…entonces nos miró y con pesar nos dio la mala noticia:

- Chicos –dijo sollozando- lo lamento…los 3 Reyes Magos acaban de suicidarse…
- Noooooo!!!!!!